Producirán en el país la vacuna contra el mal de los rastrojos

Producirán en el país la vacuna contra el mal de los rastrojos
Será en el Instituto Julio Maiztegui
Después de varios años de trabajo, y de singular insistencia de la comunidad científica para que se produzcan vacunas en el país, ayer por la tarde se anunció en la Casa de Gobierno que comenzará la producción de la inmunización contra la fiebre hemorrágica argentina o mal de los rastrojos.
"Creo que hoy es un muy buen día para los argentinos; después de un esfuerzo muy sostenido en los últimos tres años hemos logrado producir por primera vez en la Argentina, en un laboratorio público dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, que es el laboratorio Maiztegui, de Pergamino, una vacuna viral", dijo el ministro de Salud, doctor Ginés González García.
Las vacunas virales se desarrollan con virus atenuados y tienen una tecnología bastante más compleja que otras. En este caso, es una inmunización para una patología local, la fiebre hemorrágica argentina, cuyo agente causal es el virus Junín, asociado con algunas especies de roedores campestres que son sus reservorios naturales.
Estos roedores eliminan el virus constantemente con la saliva, contaminando el medio ambiente y transmitiendo la infección a los demás roedores. El ser humano se infecta en forma accidental al ponerse en contacto con plantas u objetos contaminados, ya sea por inhalación de partículas infectadas o a través de la piel o mucosas.
El período de incubación se extiende entre 6 y 14 días, luego de los cuales se manifiesta como un síndrome febril, con decaimiento general, dolores musculares, de cabeza y detrás de los ojos, pérdida del apetito y dolores abdominales. Al cabo de 4 o 5 días, las manifestaciones se hacen más intensas y aparecen mareos, náuseas, vómitos y, en ocasiones, un intenso dolor en la región lumbar. Además, pueden presentarse molestias oculares con hinchazón de los párpados y manchas en la cara, el cuello y en la parte superior del tórax, como también múltiples puntitos rojos en la piel de las axilas.
Según el ministro, la vacuna comenzará a aplicarse el 29 de este mes. La población estimada que la recibirá ronda los cinco millones de personas, entre las que viven en el norte y el oeste de la provincia de Buenos Aires; en el sur de la provincia de Santa Fe; en el sur de la provincia de Córdoba, y en la parte este de la provincia de La Pampa.
La vacuna Candid 1 será desarrollada y producida en el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Julio Maiztegui, ubicado en la ciudad bonaerense de Pergamino y dependiente del Instituto Malbrán.
Es el resultado de una investigación conjunta entre científicos argentinos y norteamericanos, según un documento técnico difundido por el Ministerio. La producción inicial se realizó en el "Instituto Salk" de Pensilvania, Estados Unidos. No obstante, los análisis clínicos en voluntarios sanos que fueron realizados en el país del norte fueron corroborados después en la Argentina, en una segunda instancia, y en ambos casos los resultados fueron exitosos.
"Ninguno de los receptores desarrolló anormalidades clínicas, hematológicas, bioquímicas o urinarias de significación", asegura el documento."La respuesta inmune humoral, medida por pruebas de neutralización en cultivos celulares, mostró seroconversión en más del 90 por ciento de los voluntarios -continúa-. Y la respuesta inmune celular específica se detectó en 99 por ciento de las personas vacunadas que fueron estudiadas".
Dentro de las dos semanas posteriores a la inoculación sólo el 1.1% de los receptores informó haber padecido uno o más efectos adversos leves.
Durante el encuentro de ayer, el presidente Kirchner instó a "buscar la forma de flexibilizar los laboratorios públicos" y hallar así una "capacidad de gestión que les dé más celeridad", contó González García durante la conferencia de prensa.
Según el ministro, esta primera experiencia abre el camino para producir otros tipos de vacunas virales.
"Nosotros participamos en un proyecto de prevención de influenza y en el desarrollo de vacunas de tecnología similar en países de la región por iniciativa de la Oficina Sanitaria Panamericana -dijo la doctora Delia Enria, directora del Instituto Maiztegui-. Muchas de la vacunas a virus vivo atenuado que se utilizan podrían, si fuera conveniente para el Estado, producirse en el país. La importancia de recuperar la capacidad de producción en momentos en que las empresas farmacéuticas están abandonando las líneas de vacunas por cuestiones de costo-beneficio, significa que el país puede potencialmente [abastecer] a otros países de la región, en pos de la salud pública."
http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=848084
LA NACION 10.10.2006 Página 12 Ciencia/Salud

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