Ciertas bacterias intestinales aumentan el riesgo de obesidad

El descubrimiento se publica hoy en la revista NatureCreen que esos microorganismos participan de la regulación del peso corporal

LONDRES.- La flora intestinal posiblemente tenga cierta influencia sobre el peso corporal de una persona, según revelan dos estudios que publica hoy la revista científica británica Nature . Es más, la cantidad de ciertos grupos de bacterias normalmente presentes en los intestinos podría incluso causar una mayor propensión de una persona a sufrir obesidad.
El tracto intestinal alberga habitualmente dos grupos dominantes de bacterias beneficiosas para la salud -los bacteroidetes y los firmicutes-, ya que ayudan al organismo a digerir los alimentos.
Un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Washington en Saint Louis, Estados Unidos, observó que las personas obesas tienen una menor proporción de bacteroidetes en comparación con las personas delgadas: un 5% contra un 20%, respectivamente.
Pero esa proporción se incrementa cuando las personas obesas se someten a una dieta, lo que sugiere, a juicio de los expertos, que "la obesidad tiene un componente microbiano, lo que podría tener potenciales implicancias terapéuticas".
Una posible explicación de este hecho fue hallada por otro grupo de científicos al realizar una investigación con ratones, cuyos resultados también publica mañana la revista Nature , en la que se descubrió que si los expertos transferían la flora intestinal de los animales con sobrepeso a aquellos con peso normal, éstos aumentaban su materia grasa en el cuerpo.
Los científicos concluyeron que posiblemente las bacterias del intestino tengan un papel en la regulación del peso, al igual que el sedentarismo y la ingesta de calorías. Por lo tanto, en un tratamiento contra la obesidad, la manipulación de la composición bacteriana del intestino podría ser de utilidad.
Sin embargo, aún no está claro si las verdaderamente pequeñas diferencias en el aprovechamiento de los alimentos son responsables de las grandes diferencias en el peso del cuerpo, señalaron por su parte Matej Baljzer y Randy Seeley, de la Universidad de Cincinnati, en Ohio, Estados Unidos, en un comentario publicado en Nature .
Evidencias clínicas
Los científicos, dirigidos por Jeffrey Gordon, de la Universidad Washington en Saint Louis, estudiaron la relación entre bacterias intestinales y grasa corporal en doce personas con problemas de obesidad a las que sometieron a una dieta baja en grasas o en carbohidratos, al tiempo que compararon los resultados con los obtenido de otros doce voluntarios delgados.
Los investigadores controlaron la composición de las bacterias intestinales de las personas que sufrían problemas de obesidad durante un año. Antes de comenzar la dieta, los participantes obesos tenían menores niveles de bacteroidetes y un mayor número de firmicutes que los voluntarios delgados.
A medida que iban perdiendo peso, la cantidad de bacteroidetes crecía, con independencia de la dieta a la que se sometían. "La manipulación de los grupos de bacterias de los intestinos podría ofrecer otro enfoque en el tratamiento de la obesidad", escriben los científicos en el artículo.
Nikhil Dhurandhar, profesor de infecciones y obesidad en el Centro Pennington de Investigaciones Biomédicas de la Universidad del Estado de Luisiana, no participó del estudio, pero consideró que a la larga podría modificar la forma en que se trata la obesidad.
"Estamos obteniendo más y más evidencia para demostrar que la obesidad no es lo que pensábamos que era -dijo Dhurandhar-. No se trata solamente de que uno esté comiendo en exceso y sea flojo (por no hacer ejercicio)."
Indicó que el campo de la "obesidad infecciosa" estudia la obesidad como una enfermedad provocada por múltiples causas, incluyendo virus y microbios. En una década más o algo así, podría haber diferentes tratamientos para las distintas causas de la obesidad.
El régimen actual de dieta y ejercicio "es como tratar todas las fiebres con un solo tipo de aspirina", señaló Dhurandhar.
Agencias AP, DPA y EFE
http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=869283
LA NACION 21.12.2006 Página 18 Ciencia/Salud

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